Un no lugar tiene la característica común de un mundo donde prima lo individual, lo provisional y lo efímero. Es un concepto bastante subjetivo en el que cada individuo tiene su propia percepción de un no lugar y en este caso, los teléfonos públicos se encuentran bajo dicha percepción al carecer del sentido de permanencia y en donde la interacción social se vuelve fallida.

La estancia en la caseta no es la más optima, es incomoda y poco convencional para una llamada larga, además de que los factores externos como las condiciones climatológicas o el ruido del ambiente intervienen y contribuyen a la expulsión rápida del usuario dado al diseño de la caseta, sumándole la expulsión que genera el funcionamiento de la misma al terminar forzosamente el servicio en el momento en que el tiempo comprado se acaba, obligando al usuario a ser rápido y conciso con su llamada para realizarla en el menor tiempo posible.

Es una instalación provisional que actualmente pasa desapercibida debido a su desplazamiento por los teléfonos celulares y que solo es visible para las personas que lo buscan bajo circunstancias específicas.